Alopecia en mujeres - Mujer con cabello fuerte y sano

Alopecia en mujeres

Al igual que en los hombres, la alopecia en mujeres es muy común. La alopecia en mujeres se ha visto incrementada en los últimos años de forma progresiva. Este incremento se debe, entre otros factores, a los desequilibrios hormonales, el estrés o una mala alimentación.
Se manifiesta con una pérdida abundante de densidad capilar en zonas como la parte frontal y superior de la cabeza. Es más problemática que en los hombres. Esto es debido a la gran variedad de causas que pueden provocarla, y a las implicaciones estéticas y sociales que conlleva. Las mujeres aceptan peor psicológicamente la pérdida de cabello. Casi siempre porque es un problema que mayoritaria y tradicionalmente han padecido los hombres. Las alopecias en las mujeres son prácticamente siempre, difusas aunque en algunos casos adoptan patrones masculinos.

Pérdida de pelo tras el parto

Cuando la mujer da a luz, se produce un desajuste hormonal en el cuerpo que provoca la pérdida de pelo. Finalmente las hormonas vuelven, poco a poco, a los niveles que presentaban antes de la gestación. Pero mientras tanto la mujer ha podido sufrir una caída importante de cabello. También esta alopecia suele venir determinada por la ausencia de nutrientes necesarios para el pelo, como el hierro. Esta situación suele ser temporal, hasta que el organismo vuelve a su normalidad (entre seis meses y un año). Aún así se recomienda seguir un tratamiento capilar específico para intentar solucionarlo lo antes posible y que esta pérdida puntual no se convierta en crónica, ya que hay en esa época, una gran deprivación estrogénica.
En muchos casos es necesario acudir a la consulta del dermatólogo especializado en Tricología.

¿Por qué se pierde pelo en la menopausia?

Perder pelo en la menopausia tiene su origen en la disminución de la hormona femenina (los estrógenos). Esto provoca que las hormonas masculinas, que hasta ahora estaban ocultas comiencen a actuar sobre el cabello debilitándolo y provocando su caída, al igual que les sucede a los hombres.

De hecho, en la premenopausia (cuyos síntomas algunas mujeres empiezan a apreciar a partir de los 40) a veces el cabello se vuelve más fino y quebradizo, e incluso experimenta caídas prematuras. En esta etapa, más aún en plena menopausia, el perfil hormonal de la mujer se «masculiniza» en cierto modo. Es decir, bajan bruscamente los niveles de estrógenos, mientras se mantienen estables los de testosterona. Esto afecta al ciclo de vida del cabello, que se acorta, por lo que se favorece su caída.
Es un problema frecuente, pero no afecta a todas las mujeres, pues en él intervienen otras circunstancias, como la herencia genética y el estado previo del cabello a esta etapa.

Es necesario en estos casos la regulación hormonal medicamentosa y por supuesto, el tratamiento tópico adecuado por medio de la mesoterapia (infiltraciones intralesionales).

Las pastillas anticonceptivas

Asimismo, se puede producir un efluvio por el uso de anticonceptivos cuando se suspenden tras una larga temporada de tratamiento. Esto es debido a que los estrógenos aportados por la medicación anticonceptiva prolongan la fase anágena –la del crecimiento del cabello- que vuelve a su ritmo normal al abandonar el tratamiento.

Hiperandrogenismo

Por último, el hiperandrogenismo, es decir, la producción excesiva de andrógenos, favorece la caída del cabello en aquellas mujeres que por herencia están predispuestas. Esta patología debe ser diagnosticada y tratada, en primera instancia, por el ginecólogo. Una de los síndromes que con más frecuencia provocan esta situación es el de los ovarios poliquísticos.